Las Emociones en la Mediación Civil y Mercantil
Todos los procesos de mediación son emocionales
Parece que las emociones en el ámbito de la mediación se reducen a las mediaciones que se encuentran centradas en el ámbito familiar, divorcio, empresa familiar, testamentos, pero igualmente en el resto de mediaciones, también aparecen y necesitan tener su espacio.
En los conflictos con pequeñas empresas por supuesto,
. . .pero también PYMES, cumplimiento de contratos, defectos de calidad. Cuando el contrato no se ha cumplido como esperaban las partes se genera frustración, ilusiones no cumplidas y enseguida surgen las amenazas de ir al juzgado. En cuanto esta amenaza es lanzada a la otra parte, se suele producir una ruptura del dialogo y las dos partes se encierran en sus posiciones. Es como si se pusieran una coraza y unos tapones en los oídos y ya no escuchan absolutamente nada más, ni siquiera pretenden dialogar y se nombra un interlocutor ajeno, lanzándose la frase de “Habla con mi abogado, yo no quiero saber nada más”.
La primera y más ardua labor,
. . . es hacerles ver que solo el reinicio del diálogo es la mejor manera de resolver el problema, y de poder buscar entre las posibles soluciones la más adecuada. En un juzgado normalmente solo se da una solución, la monetaria que en ocasiones es inviable.
Si las partes han sido capaces de superar esa barrera inicial y deciden volver al dialogo, ya hemos conseguido un gran triunfo como mediadores.
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Nos encontramos en la primera sesión de mediación,
. . .normalmente comienzan de forma educada a exponer el diálogo, a poco que continua la sesión empiezan a surgir las emociones y caldearse el ambiente, que si has incumplido, que si me has denunciado sin preguntar para hacer daño, que si me hubieras dicho algo lo hubiéramos solucionado, si uno está muy dolido por los perjuicios que se le han causado. Esto ocurre normalmente en la primera sesión conjunta. Incluso es posible que el tono de voz se eleve más de la cuenta.
En estos momentos
. . .es donde el mediador debe tener los sentidos al 200%, analizar el lenguaje no corporal, unos estarán con el cuerpo hacia delante con mensajes más agresivos, otros igual con un lenguaje corporal más pasivo, aunque a veces esto no delata no tener razón, sino aburrimiento ante las palabras de otro. El lenguaje de los pies es importante por ello los negociadores y los mediadores acostumbran tener mesas de cristal, a veces los pies delatan el negociador agresivo. También es importante analizar la forma en que se comunican, como se expresan, cambios de color en la cara.
Estos instantes, sin dejar que la tensión se desborde por completo,
. . .son muy importantes y nos van a dar la pauta de cómo llevar la mediación. Es el momento de dejarles hablar, de mirar y escuchar, de ver que partes necesitan ser reequilibradas, de enmarcar el conflicto. Por ello es muy importante un buen análisis de esta sesión y de lo ocurrida en la misma.
Incluso si las emociones no surgen procuro que afloren. Esto hay que hacerlo con cuidado y muy al principio de la mediación pues si lo hacemos al final nos podría hacer fracasar la mediación.
Para mí también es importante que esta sesión de mediación no termine con un alto nivel de conflictividad y por ello deberemos trabajar en que esto se reduzca.
Buscando un objetivo común
Se puede hacer tratando de buscar un objetivo común de todo lo que han dicho, o un problema común y exponérselo a los mediados. En el momento final un buen resumen es esencial. Frases como, “he visto que los dos estáis preocupados por” …. “ambos necesitáis que este conflicto se solucione”, “los dos queréis solucionar este problema”, nos ayudará a relajar la tensión y a que las partes puedan empezar a discutir sobre la solución y no sobre el problema y así me pasó recientemente en una mediación sobre el uso de una instalación.
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El hablar sobre las expectativas procesales
. . . de unos y otros en mi experiencia, aunque que funciona en muchos casos bastante bien, solo la utilizo si la mediación no avanza o no hay forma de que el diálogo fluya adecuadamente. Si uno la utiliza muy al principio, en la mayoría de los casos le hace recordar al mediado que su abogado le ha dicho que tiene razón y entonces empieza a repetir como un papagayo lo que este le ha dicho y otras tantas cosas, aunque sean inconexas que haya leído en Google.
El Abogado
Parece que el abogado le ha dado al mediado las recomendaciones que Quevedo daba a los abogados. “A todas las cosas que te dijeren de que hay ley expresa que habla en sus propios términos. Si abogares, da muchas voces y porfía, que en leyes el que porfía, tiene, si no más razón, más razones.” En alguna ocasión he visto mediados que practicaban al pie de la letra esta frase.
Si se observa que el diálogo entre ambos por el alto grado de tensión es imposible, habrá que acudir a sesiones privadas (Caucus) pero lo ideal sería poder tratarlo conjuntamente.
Difícilmente se conseguirá un acuerdo,
. . .si las dos partes no se han escuchado y tampoco si han mostrado las emociones subyacentes en el conflicto y se han trabajado. En las mediaciones empresariales también existen y es por ello por el que fracasan muchas de las negociaciones que acaban en pleito, y que en mediación tendrían una solución a sus problemas. Si conseguimos que las partes sean capaces de que entender que tienen un problema común y que empiecen a hablar sobre posibles soluciones tendremos muy altas probabilidades de que la mediación termine con éxito.
Arturo Ortiz Hernandez.
Mediador.
Director de la Institución de Mediación AOH MEDIADORES.