Cerrando el círculo del Conflicto o como afrontarlo

by A Mediar News
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Trilogía sobre el Conflicto

Me he identificado como feminista muchos años. En la actualidad, la palabra se interpreta en tantas maneras conflictivas, muchas de ellas ignorantes u hostiles, que raramente la uso. Si una feminista es alguien que piensa que el género es en gran medida una construcción social, y que nada justifica el dominio social de un género sobre otro, entonces soy feminista

Ursula Kroeber Le Guin 

Introducción

Entre mis últimas publicaciones en el Blog he tratado el Conflicto desde distintas vertientes, con la intención de conocer bien a que nos enfrentamos los profesionales que nos dedicamos a la Gestión de Conflictos.

En la siguiente trilogía podemos profundizar en:

Hoy toca cerrar el círculo sobre el Conflicto, por lo que os voy a contar como afrontar situaciones conflictivas.

El instinto más básico de todo animal es repeler la agresión por medios violentos. Sin embargo, el hombre tiene suficiente capacidad de autocontrol para conducir el conflicto por otras vías que mejoren la convivencia.

Pautas a seguir ante una agresión

Ante todo, es muy importante tener mucha paciencia y conservar la calma en todo momento y lugar. No nos dejemos llevar por las emociones y nunca ponerse a la altura del agresor. Esto permite cambiar su conducta y rebajar la tensión, aunque la otra persona crea que nos domina. Por esta razón es importante el autocontrol. Si controlamos nuestras emociones, controlaremos nuestro entorno.

Etapa inicial: rebajar el conflicto

El conflicto es consustancial a la vida social,  es percibido por la mayoría como algo muy negativo en nuestras vidas. En el peor de los escenarios posible surgen conflictos con estadios de agresividad o violencia, que a continuación veremos como gestionarlos. 

No es lo habitual, pero están ahí y pueden surgir en cualquier momento, incluso en una sesión de mediación alguna de las partes se podría alterar más de lo esperado, (a mi me  ha ocurrido).

Lo primero que hay que hacer, cuando una persona se posiciona en estado agresivo o violento, es marcar  una distancia prudente y respetar el espacio vital. Si estamos en un lugar público intentaremos llevarlo a una zona apartada donde nadie moleste. Cuantas menos interferencias existan mejor para reducir la tensión. Evitaremos realizar movimientos bruscos, manteniendo el cuerpo relajado pero en alerta, sin quitar la mirada.

La persona, si se pone agresiva y opta pos posicionarse, ha de ver que no toleraremos ninguna actitud violenta. No nos intimida su conducta. Pero estamos predispuestos a dialogar para que el conflicto cese.

En el estado físico y emocional en que se encuentra una persona alterada o violenta es difícil que piense con lógica. Lo aconsejable es mantenernos tranquilos, hablando en tono suave y pausado para que la otra persona rebaje su voz a nuestro nivel. Los gritos son grandes estresores que impiden la comunicación, producen estrés y tensan más la situación.

Test de Estrés del Mediador

Liberar los sentimientos y emociones mediante el diálogo

Una vez que el agresor está más calmado, permitirle expresarse libremente. Una buena vía de escape ante la violencia es dejar que la otra persona hable, se desahogue expresando sus sentimientos y emociones. Es importante no racionalizar, criticar lo que dice ni opinar o dar soluciones antes de haber contado toda la historia (síndrome del experto). No es el momento de buscar soluciones al problema. Simplemente debemos permitir que hable, sin interrupciones, mientras escuchamos activamente. Se trata de volver a la calma para que fluya la comunicación y el agresor controle sus emociones.

Etapa de negociación

Cuando el agresor esté más tranquilo y descubra que le escuchamos y comprendemos,  se puede pasar a la etapa de la negociación.

Seguiremos hablando en un tono regular, grave, sin alteraciones y no perdiendo claridad en la expresión. La otra persona debe percibir en nosotros tranquilidad y confianza. Intentaremos definir la situación intercambiando impresiones. La comunicación no verbal es muy importante. Atenderemos a las señales que la otra persona nos envíe, consciente e inconscientemente, y responderemos abiertamente. Evitar conversaciones vacías, sin sentido y que no llevan a ningún lugar. Solo generan confusión y cansancio. Hablar lo preciso y escuchar mucho, prestando atención a lo que dice la otra persona, asintiendo, mirándole a la cara regularmente, comprendiendo lo que expresa y procurando entender por qué lo dice. Esto no significa estar de acuerdo con la otra persona, simplemente debemos conocer el contexto en el que se mueve, sus motivaciones y sentimientos, para buscar una solución que beneficie a todos.

El Lenguaje

Durante la conversación es importante parafrasear, verificar que hemos comprendido lo que nos han dicho con expresiones: “Por lo que me dices, entiendo que…”, “Si no he comprendido mal…”,  “Es decir, la cuestión es si…”, etc. De esta manera evitamos malos entendidos, malas interpretaciones y el interlocutor sabe que le escuchamos y le comprendemos, reforzando así la confianza y legitimación.

Hay que evitar las descalificaciones y los reproches y no buscar un culpable. Las etiquetas negativas refuerzan la actitud de defensa de la otra persona: “Tu problema es que eres un flojo…”, “No paras de quejarte…”, “Nunca haces nada…”, etc.

Únicamente con la aceptación, los conflictos empezarán a transformarse. El rechazo se disolverá y dejará de atraparte. Si realizas una tarea con amor, cualquiera que sea, ésta dejará de convertirse en una carga para ser una bendición.

Raimon Samsó 

cerrando el círculo

Trilogía sobre el Conflicto

Free Imagen. Confrontación y Actitud ante el Conflicto

No abordar un tema hasta haber zanjado el actual.

Es frecuente que durante una discusión (principal) salgan a relucir reproches que no hacen más que ramificar el conflicto hacia otros temas (segundarios), perdiendo el hilo principal. Lo que podía ser, en principio una pequeña discusión, termina siendo un conflicto que, si no se detiene, va aumentando como las “bolas de nieve”.

Todos solemos tener una agenda mental donde apuntamos lo negativo de la otra persona, lo que hace, dice y omite. Con el paso del tiempo, esa acumulación de información produce resentimiento y rencor y condiciona nuestra actitud en el momento de ponernos de acuerdo en algo. Si surge una discusión, echamos mano de esa agenda mental y reprochamos cosas como: “Pues tu hiciste tal día esto y se te olvidó…”, “No eres la única que hace tal cosa, como cuando fuimos a…”. Las críticas hay que hacerlas en el momento que se produce algún suceso que nos desagrada. De esta manera, cuando discutamos no lo utilicemos como arma arrojadiza.

Apartar el pasado es importante para mirar al futuro.

¿De qué sirve “sacar los trapos sucios”?  ¿Qué sentido tiene abrir viejas heridas? Si un asunto del pasado está zanjado, debe quedar ahí. No debemos olvidar para no caer en los mismos errores del pasado, pero no para revivirlo.

Es el tiempo de los mediadores y mediadoras

Centrarse en las actitudes concretas y no generalizar.

Cuando generalizamos estamos etiquetando a alguien de algo que, a la larga, se hace realidad. ¿Cuántas veces se ha dicho: “Es que eres un flujo…”, “No sirves para nada…”, “Nunca haces tal cosa…”. En los niños es frecuente etiquetar y, a la larga, ellos se identifican con lo que le dicen. Un niño inteligente que no sabe encauzar su potencial, si en vez de ayudarle le etiquetan como inútil, terminará siendo inútil. En el caso de que estemos ante una situación tensa, lo que no se puede es generalizar como excusa a su actitud. Si generalizamos la actitud del agresor, este se sentirá más atacado y la agresividad aumentará.

Conclusión

Lo importante es el respeto, el diálogo, la escucha activa, la calma y la paciencia para centrar las energías en buscar respuestas a los conflictos y evitar la agresividad como arma. Nuestros miedos, impotencias y frustraciones no desaparecen por medio de la violencia. La paz solo se consigue mediante una eficaz “inteligencia emocional”.

¿Y vosotros cómo afrontáis el Conflicto? ¿cuál es vuestra técnica o herramienta?, . . .

Esperamos saber y aprender con vuestras experiencias, por favor deja tus comentarios

 

Bibliografía

Hill, Winfred F. Teorías Contemporáneas del Aprendizaje. Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 1974.

Lorenz, Konrad. On Aggression. New York: Harcourt, Brace and World, Inc., 1966.

Punset, Eduardo. Por qué somos como somos. Ed. Aguilar. 2008.

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2 comentarios

mapi 21/01/2021 - 16:56

¡Muy práctico! Y tan real… aprendamos a gestionar esos momentos que nos surgen no sólo en las mediaciones sino también en nuestro día a día.

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Tomás Prieto 25/01/2021 - 20:27

Gracias por comentar y seguirnos #ubuntu #SembrandoMediación

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