Confinados: Mediando entre la Incertidumbre, Introspección y la Ansiedad
La pandemia, virus y dolor humano
La historia de la humanidad está ligada a la historia de las pandemias, nuestra civilización realizó un tránsito terrible y doloroso por cada una de éstas. Por citar algunas: la peste negra en 1347 afectó a Eurasia, algunas estimaciones de expertos dan el dato de 25 millones de muertes, la gripe española en 1918 afectó a EEUU y parte de Europa con una cifra de 40 millones de muertes, el VIH/SIDA afecta a todos los países del mundo desde 1981 a la fecha con 35 millones de muertes, incluso en lo que va del año (2020) el COVID19 se cobró en los cinco continentes más de 67.000 vidas.
Las enfermedades cambiaron al mundo,
. . .las vacunas, tratamientos, protocolos y hábitos de higiene fueron los puntos de inflexión ¿lo serán ahora?. Si, además con herramientas adicionales de big data para el tratamiento de pandemias antes, durante y después, será determinante. El valor de la interconexión se verá reflejado en el manejo responsable de datos estadísticos serios que permita focalizar tratamientos y programas de prevención.
Si bien Sócrates afirmaba que desde que nacemos estamos condenados a morir,
. . .esos virus microscópicos nos lo recuerdan sin vueltas y con la cruel letalidad que la civilización es frágil y delicada, que el hombre guarda historia, presente pero que su esperanza puede diluirse en la incertidumbre. He ahí el desafío, como dice Enrique Fernández García: Cada margen de incertidumbre puede ser entendido como un espacio favorable a la libertad[1]. Podemos añadir, que ese espacio favorable es ahora más que nunca un llamado mundial a los Gobiernos a dar la prioridad a la Salud, Ciencia, Educación Ciudadana. En el ámbito familiar y personal generar posibilidades de acción[2] desde la reflexión, la gestión emocional y la creatividad para cohesionar vínculos y vivenciar afectos.
La historia cuenta números,
. . .pero la tragedia y tristeza nos habla de quienes la padecen, pueblos, familias, personas, el llanto en su tumba, o el último adiós en soledad, nos muestran en la desnudez de nuestras emociones básicas: la ira y el miedo, pero también cataliza el dolor en oportunidad para desarrollar la resiliencia, solidaridad y capacidades de afrontamiento. Durante este confinamiento existen redes de apoyo psicológico online con profesionales voluntarios, la necesidad de éstos servicios se hizo palpable, gente desbordada por la angustia, personas con problemas y trastornos base: depresión, adicción, obsesión, manifestaron su ansiedad con el aditamento del encierro; después de la pandemia del virus se vienen las pandemias psicológicas, será otro punto a trabajar de forma preventiva y prospectiva, capacitar a profesionales y entrenar a la población de recursos psicológicos de afrontamiento.
El coronavirus puso en jaque,
. . .a los sistemas más sensibles de los Estados: la sanidad y la economía, que ante la arremetida masiva de los contagios colapsaron hospitales y servicios de emergencia. Si países del primer mundo sentían sus limitaciones y debilidades, países en desarrollo y con serios problemas en su economía y acceso a la salud, tambalean con una variable adicional de inestabilidad: la precariedad, como escribe Rocío Estremadoiro ¿cómo será elegir entre el hambre o el contagio?[3].
La educación ciudadana hoy es donde hace palpable su efectividad y también su falencia, vemos que solo una consigna “quédate en casa” fue un llamado al confinamiento, pero entre su varios significados fue la arenga para salvar al mundo y en la más íntima soledad un reto para preguntarse ¿quién soy? ¿quiénes somos?.
La cuarentena supone verse y vernos en la pantalla del ordenador, del celular, en las clases online, en las charlas con la familia y amigos, pero también en los metros cuadrados que habitamos, entender como lidiamos con nosotros mismos, con la pareja, con los hijos en gestionar los conflictos, el aburrimiento y la ansiedad, cito a Juliana Sousa “Lo que la población experimenta ahora en vivir aislado, en miedo inminente y en constante incertidumbre es exactamente cómo nos sentimos los que sufrimos ansiedad generalizada casi cada día de nuestras vidas. Ojalá, cuando todo eso pase, haya mayor comprensión de la sociedad por las personas que sufren algún tipo de disfunción emocional.”[4]
- [1] Enrique Fernández García: https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20200403/columna/incertidumbre-humanidad?fbclid=IwAR2Y2MtQJrFlCsDH2XnYiS6dNxWROKwct3J3tDQdiOukGUjwtDrFO60_eY8
- [2] Ana Conde Carrasco: https://www.elsaltodiario.com/filosofia/ana-carrasco-conde-proyectando-futuro-barajamos-elementos-controlar
- [3] Rocío Estremadoiro, artículo Contrastes publicado en el diario Los Tiempos: https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20200401/columna/contrastes?fbclid=IwAR0CCLmjrTX_mGmEKAsQigwKYKtzm1trRS4gIPg8sjNuUaqJ7QKpwcBbeGY
- [4] Juliana Sousa Directora de Ansieyes “El mundo visto desde los ojos de una ansiosa” https://www.facebook.com/ansieyes/
Confinamiento, familia y roles
Ante este hecho excepcional de una cuarentena mundial, es pertinente una frase de Arturo Pérez Reverte cuando dice que “somos mortales y sólo esa certeza nos hará mejores de lo que somos”[5] , tomar ese destino común de la mortalidad como una oportunidad del presente. Vivir el día con intensidad en las relaciones interpersonales, no solamente en el tik tok o los retos challenge, principalmente en la comunicación.
Vivir la convivencia familiar,
. . .donde los roles asumidos sean cooperativos en cada acción tan cotidiana como lavar platos, cocinar, limpiar la casa, organizar el presupuesto, jugar, compartir una lectura , ver películas, acompañar con la escucha activa, el diálogo y el sentido del humor, actividades todas que son un valioso estímulo para gestionar conflictos, emociones y crecer como personas. En un mundo interconectado, de realidades diversas y complejas, de situaciones en la que la humanidad es frágil y potencialmente inteligente para ver los problemas de frente además de trabajar por solucionarlos, la familia es el microcosmos social que ahora de ventanas para adentro y desde la introspección de cada integrante ve su mundo, ve el mundo que ya no será el mismo, ojalá sea mejor.
Conclusiones.-
- La mediación será como la actitud para ayudar a las personas en conflicto a gestionar sus propias soluciones y acuerdos, toma fuerza para que durante este tiempo de confinamiento y el post confinamiento pueda facilitar el restablecimiento de la “normalidad” en nuestras vidas.
- Los mediadores somos agentes que viabilizamos y generamos fluidez en activar los recursos personales hacia objetivos de logro y beneficio comunes.
- Los sanitarios trabajan de sol a sol en hospitales y salas llenas de gente, los mediadores familiares debemos desde la casa, desde el hogar transmitir a cada miembro la seguridad e integridad del apoyo y la unidad para salir de esta crisis y de las que vengan con inteligencia y resiliencia.
- Soluciones sostenibles se logran con equipos profesionales comprometidos y capacitados. Los datos lo demuestran, el mundo exige, que si hay un viraje, un cambio, un antes y después de este confinamiento, no solamente sea controlar al covid19, sino dar prioridad en la formación de científicos, desarrollo de bigdata focalizada, educación ciudadana, programas de prevención en salud mental.
- [5] Arturo Pérez Reverte: https://www.zendalibros.com/perez-reverte-recuerda-que-eres-mortal/?fbclid=IwAR2bILuyRhVLhws40Ex_szSEgWUjDIrNxDwGOlyXnBwIe3bAelik9PsrdXE